Es posible la inteligencia artificial

Es posible la inteligencia artificial

Es posible la inteligencia artificial

ejemplos de inteligencia artificial general

La inteligencia artificial (IA) es una herramienta de gran alcance que permite repensar la forma en que integramos la información, analizamos los datos y utilizamos los conocimientos resultantes para mejorar la toma de decisiones, y ya está transformando todos los ámbitos de la vida. En este informe, Darrell West y John Allen analizan la aplicación de la IA en diversos sectores, abordan los problemas de su desarrollo y ofrecen recomendaciones para sacar el máximo partido de la IA sin dejar de proteger importantes valores humanos.

La mayoría de la gente no está muy familiarizada con el concepto de inteligencia artificial (IA). A modo de ejemplo, cuando en 2017 se preguntó a 1500 líderes empresariales de alto nivel en Estados Unidos sobre la IA, solo el 17% dijo estar familiarizado con ella.1 Varios de ellos no estaban seguros de lo que era o de cómo afectaría a sus empresas en particular. Comprendían que existía un potencial considerable para alterar los procesos empresariales, pero no tenían claro cómo podría desplegarse la IA en sus propias organizaciones.

A pesar de su desconocimiento generalizado, la IA es una tecnología que está transformando todos los ámbitos de la vida. Es una herramienta de gran alcance que permite a las personas replantearse la forma en que integramos la información, analizamos los datos y utilizamos los conocimientos resultantes para mejorar la toma de decisiones. Con esta exhaustiva visión de conjunto esperamos explicar la IA a un público formado por responsables políticos, líderes de opinión y observadores interesados, y demostrar cómo la IA ya está alterando el mundo y planteando importantes cuestiones para la sociedad, la economía y la gobernanza.

openai

Hoy en día, cuando se navega por Internet en busca de noticias sobre inteligencia artificial, se descubre una nueva IA que acaba de conseguir hacer algo que los humanos hacen, pero mucho mejor. La IA actual puede detectar el cáncer mejor que los médicos humanos, construir mejores algoritmos de IA que los desarrolladores humanos y vencer a los campeones del mundo en juegos como el ajedrez y el Go. Casos como estos pueden llevarnos a pensar que, tal vez, no hay muchas cosas que la inteligencia artificial no pueda hacer mejor que nosotros, los humanos. La constatación de las capacidades superiores y cada vez mejores de la IA en diferentes campos ha suscitado tanto la esperanza como la cautela de la comunidad tecnológica mundial, así como del público en general. Mientras que muchos creen que el auge de la inteligencia artificial general puede beneficiar masivamente a la humanidad al elevar nuestro nivel de vida y nuestro estatus como civilización, otros creen que el desarrollo puede llevar a la perdición global.

El debate sobre si el desarrollo de la inteligencia general artificial o de la superinteligencia artificial es prometedor o pernicioso continúa, y el jurado no sabe cuándo aparecerán estas formas avanzadas de IA. Se trata de cuestiones importantes que merecen la cobertura y el debate al que están sometidas. Sin embargo, antes de preocuparse por el futuro de la IA es necesario saber qué es exactamente la inteligencia artificial general, qué haría falta para alcanzarla y en qué medida las capacidades actuales de la IA están lejos de llegar a ella. ¿Cuál es el estado actual de la inteligencia artificial?

la inteligencia artificial fuerte es

Se vislumbra un futuro en el que las capacidades de pensamiento de los ordenadores se aproximan a las nuestras. Sentimos que algoritmos de aprendizaje automático (ML) cada vez más potentes nos respiran en la nuca. Los rápidos avances de las próximas décadas traerán consigo máquinas con una inteligencia de nivel humano, capaces de hablar y razonar, con un sinfín de contribuciones a la economía, la política e, inevitablemente, la guerra. El nacimiento de la verdadera inteligencia artificial afectará profundamente al futuro de la humanidad, incluso a su existencia.

«Desde que se produjo el último gran avance de la inteligencia artificial a finales de los años 40, los científicos de todo el mundo han buscado formas de aprovechar esta «inteligencia artificial» para mejorar la tecnología más allá de lo que pueden lograr incluso los programas de inteligencia artificial más sofisticados de la actualidad.»

«Incluso ahora, se está investigando para comprender mejor lo que podrán hacer los nuevos programas de IA, sin salirse de los límites de la inteligencia actual. La mayoría de los programas de IA programados en la actualidad se han limitado principalmente a tomar decisiones simples o a realizar operaciones sencillas con cantidades de datos relativamente pequeñas.»

inteligencia general artificial frente a inteligencia artificial

En contraste con la IA fuerte, la IA débil[7] o «IA estrecha»[3] no pretende tener capacidades cognitivas generales; más bien, la IA débil es cualquier programa que está diseñado para resolver exactamente un problema. (Las fuentes académicas reservan el término «IA débil» para los programas que no experimentan conciencia o tienen una mente en el mismo sentido que las personas)[a].

Sin embargo, existe un amplio acuerdo entre los investigadores de la inteligencia artificial de que la inteligencia es necesaria para hacer lo siguiente:[10] razonar, utilizar estrategias, resolver rompecabezas y hacer juicios bajo incertidumbre; representar el conocimiento, incluyendo el conocimiento de sentido común; planificar; aprender; comunicarse en lenguaje natural; e integrar todas estas habilidades hacia objetivos comunes. Otras capacidades importantes son la capacidad de percibir (por ejemplo, ver) y la capacidad de actuar (por ejemplo, mover y manipular objetos) en este mundo en el que se observa un comportamiento inteligente[11], lo que incluiría la capacidad de detectar y responder a los peligros[12]. Muchos enfoques interdisciplinarios de la inteligencia (por ejemplo, la ciencia cognitiva, la inteligencia computacional y la toma de decisiones) tienden a hacer hincapié en la necesidad de considerar rasgos adicionales como la imaginación (entendida como la capacidad de formar imágenes mentales y conceptos no programados)[13] y la autonomía[14].

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